jueves, 20 de enero de 2011

CARIES DENTAL

La caries es una enfermedad multifactorial que se caracteriza por la destrucción de los tejidos del diente como consecuencia de la desmineralización provocada por los ácidos que genera la placa bacteriana a partir de los restos de alimentos, que se exponen a las bacterias que fabrican ese ácido, de la dieta. La destrucción química dental se asocia a la ingesta de azúcares y ácidos contenidos en bebidas y alimentos. La caries dental se asocia también a errores en las técnicas de higiene así como pastas dentales inadecuadas, falta de cepillado dental, ausencia de hilo dental, así como también con una etiología genética. Se estudia aún la influencia del pH de la saliva en relación a la caries. Tras la destrucción del esmalte ataca a la dentina y alcanza la pulpa dentaria produciendo su inflamación, pulpitis, y posterior necrosis (muerte pulpar). Si el diente no es tratado puede llevar posteriormente a la inflamación del área que rodea el ápice (extremo de la raíz) produciéndose una periodontitis apical, y pudiendo llegar a ocasionar un absceso, una celulitis o incluso una angina de Ludwig.
La caries dental es una enfermedad multifactorial, lo que significa que deben concurrir varios factores para que se desarrolle. Hasta el momento las investigaciones han logrado determinar cuatro factores fundamentales:
Anatomía dental: la composición de su superficie y su localización hace que los dientes retengan más o menos placa dental. Por ejemplo, los dientes posteriores (molares y premolares), son más susceptibles a la caries ya que su morfología es más anfractuosa y además presentan una cara oclusal donde abundan los surcos, fosas, puntos y fisuras, y la lengua no limpia tan fácilmente su superficie; las zonas que pueden ser limpiadas por las mucosas y por la lengua se denomina zona de autoclisis. Además es necesario nombrar el rol del hospedero a una mayor o menor incidencia, debido a una susceptibilidad genética heredada o bien por problemas socioeconómicos, culturales y relacionados al estilo de vida (estos últimos condicionarán sus hábitos dietéticos y de higiene oral).
  1. Tiempo: recordemos que la placa dental es capaz de producir caries debido a la capacidad acidogénica y acidoresistente de los microorganismos que la colonizan, de tal forma que los carbohidratos fermentables en la dieta no son suficientes, sino que además éstos deben actuar durante un tiempo prolongado para mantener un pH ácido constante a nivel de la interfase placa - esmalte. De esta forma el elemento tiempo forma parte primordial en la etiología de la caries. Un órgano dental es capaz de resistir 2 h por día de desmineralización sin sufrir lesión en su esmalte, la saliva tiene un componente buffer o amortiguador en este fenómeno pero el cepillado dental proporciona esta protección, es decir, 30 min posterior a la ingesta de alimentos el órgano dental tiene aún desmineralización, la presencia de azúcar en la dieta produce 18 h de desmineralización posterior al cepillado dental asociado como destrucción química dental independientemente de la presencia de un cepillado de calidad en el paciente.
  2. Dieta: la presencia de carbohidratos fermentables en la dieta condiciona la aparición de caries, sin embargo los almidones no la producen. Pero es necesario aclarar que el metabolismo de los hidratos de carbono se produce por una enzima presente en la saliva denominada alfa amilasa salival o ptialina, esta es capaz de degradar el almidón hasta maltosa y de acuerdo al tiempo que permanezca el bolo en la boca podría escindirla hasta glucosa, esto produce una disminución en el pH salival que favorece la desmineralización del esmalte. Un proceso similar sucede a nivel de la placa dental, donde los microorganismos que la colonizan empiezan a consumir dichos carbohidratos y el resultado de esta metabolización produce ácidos que disminuyen el pH a nivel de la interfase placa - esmalte. La persistencia de un pH inferior a 7 eventualmente produce la desmineralización del esmalte. Además la presencia de hidratos de carbono no es tan importante cuando la frecuencia con la que el individuo consume se limita a cuatro momentos de azúcar como máximo, de esta manera la disminución brusca del pH puede restablecerse por la acción de los sistemas amortiguadores salivales que son principalmente el ácido carbónico/bicarbonato y el sistema del fosfato.
  3. Bacterias: aquellas capaces de adherirse a la película adquirida (formada por proteínas que precipitaron sobre la superficie del esmalte) y congregarse formando un "biofilm" (comunidad cooperativa) de esta manera evaden los sistemas de defensa del huésped que consisten principalmente en la remoción de bacterias saprófitas y/o patógenas no adheridas por la saliva siendo estas posteriormente deglutidas. Inicialmente en el biofilm se encuentra una gran cantidad de bacterias gram positivas con poca capacidad de formar ácidos orgánicos y polisacáridos extracelulares, pero estas posteriormente, debido a las condiciones de anaerobiosis de las capas más profundas son reemplazadas por un predominio de bacterias gram negativas y es en este momento cuando se denominada a la placa "cariogénica" es decir capaz de producir caries dental.

PLACA DENTAL

Se llama placa dental (biofilm dental) a una acumulación heterogénea de una comunidad microbiana variada, aerobia y anaerobia, rodeada por una matriz intercelular de polímeros de origen salival y microbiano. Estos microorganismos pueden adherirse o depositarse sobre las paredes de las piezas dentarias. Su presencia puede estar asociada a la salud, pero si los microorganismos consiguen los sustratos necesarios para sobrevivir y persisten mucho tiempo sobre la superficie dental, pueden organizarse y causar caries, gingivitis o enfermedad periodontal (enfermedades de las encías).
Las encías enrojecidas, inflamadas o que sangren pueden ser las primeras señales de una gingivitis. Si la enfermedad es ignorada, los tejidos que mantienen a los dientes en su lugar pueden comenzar a destruirse y eventualmente se pierden los dientes.
La placa dental difícilmente puede observarse, a menos que esté teñida. Su consistencia es blanda, mate, color blanco-amarillo. Se forma en pocas horas y no se elimina con agua a presión. Varía de un individuo a otro, y también varía su localización anatómica. Si la placa dental se calcifica, puede dar lugar a la aparición de cálculos o sarro tártaro.

BULIMIA

Bulimia o bulimia nerviosa forma parte de un trastorno psicológico y un trastorno alimentario. Es una conducta durante la cual el individuo se aleja de las pautas de alimentación saludable consumiendo comida en exceso en periodos de tiempo muy cortos (lo que le genera una sensación temporal de bienestar), para después buscar eliminar el exceso de alimento a través de ayunos, vómitos, purgas o laxantes.
Una de sus características esenciales consiste en que la persona sufre episodios de atracones compulsivos, seguidos de un gran sentimiento de culpabilidad y sensación de angustia y pérdida de control mental por haber comido en "exceso". Suele alternarse con episodios de ayuno o de muy poca ingesta de alimentos, pero al poco tiempo vuelven a surgir episodios de ingestas compulsivas.[2]
Un atracón consiste en ingerir en un tiempo inferior a dos horas una cantidad de comida muy superior a la que la mayoría de individuos comerían.
Los individuos con este trastorno se sienten muy avergonzados de su conducta e intentan ocultar los síntomas. Los atracones se realizan a escondidas o lo más disimuladamente posible. Los episodios suelen planearse con anterioridad y se caracterizan (aunque no siempre) por una rápida ingesta de alimento.
Otra característica esencial de este trastorno la constituyen las conductas compensatorias inapropiadas para evitar la ganancia de peso. Muchos individuos usan diferentes medios para intentar compensar los atracones: el más habitual es la provocación del vómito. Este método de purga (patrones cíclicos de ingestión excesiva de alimentos y purgas) lo emplean el 80-90 por ciento de los sujetos que acuden a centros clínicos para recibir tratamiento. Los efectos inmediatos de vomitar consisten en la desaparición inmediata del malestar físico y la disminución del miedo a ganar peso. Otras conductas de purga son: el uso excesivo de laxantes y de diuréticos, enemas, realización de ejercicio físico muy intenso y ayuno.[3

Trastornos alimenticios: ANOREXIA

La anorexia —del griego ανορεξία [anoreksía] siendo αν [an]: partícula negativa, y ὀρέξις [óreksis]: ‘apetito’— es un trastorno alimentario, que se caracteriza por la falta anormal de apetito, y que puede deberse a causas fisiológicas –como por ejemplo, una gastroenteritis–, que desaparece cuando cesa su causa; o bien a causas psicológicas, generalmente dentro de un cuadro depresivo –por lo general en mujeres y adolescentes–, y que puede ser muy grave.
Existen varios tipos de anorexia psicológica, a saber:
  • Anorexia nerviosa primaria: sólo existe el miedo a subir de peso.
  • Anorexia de tipo restrictivo, conocida como anorexia nerviosa, que limita severamente la ingestión de alimentos, especialmente de alimentos que contienen carbohidratos y grasa.[1] [2]
  • Anorexia nerviosa secundaria, consecuencia de una enfermedad psiquiátrica como la esquizofrenia o la depresión.
  • Purgativa y con ingesta compulsiva, también llamada bulimia; el que la sufre, come en exceso y luego se induce el vómito y, o toma grandes cantidades de laxantes u otros purgantes.[1] [2]
  • Vigorexia, aquella en que el enfermo, presenta una preocupación obsesiva por el físico y una distorsión del esquema corporal que le lleva a una adicción a la actividad física (en muchos casos, a la musculación).[3]
También puede referirse a:
  • Anorexia sexual, o pérdida del «apetito» para la interacción romántico-sexual y, en términos generales que conlleva un miedo a la intimidad hasta el punto de que la persona que la sufre, presenta ansiedad frente al sexo o cualquier otro contenido emocional o que implique una relación íntima.[4]
O, en el panorama musical, a:
  • Anorexia Nervosa, una banda francesa de symphonic black metal.
  • Anorexia y Nervosa, dos discos de la banda estadounidense Showbread, editados en mayo del 2008.

martes, 11 de enero de 2011


1. En el desarrollo físico y mental

La alimentación en la vida fetal, niñez y adolescencia del individuo condiciona que el crecimiento se desarrolle con todas las posibilidades genéticas.
Distintos estudios han demostrado que entre dos pueblos sometidos a las mismas influencias ambientales (clima, temperatura, vivienda, etc.), los distintos hábitos dietéticos determinan claras diferencias en cuanto al desarrollo físico, carácter de la población y enfermedades.
Así, aquellas civilizaciones con una alimentación, fundamentalmente, de base animal, están más desarrollados física y psicológicamente y además muestran un mejor estado de salud que las poblaciones de costumbres vegetarianas.
En España aún se constatan diferencias en cuanto a la talla y al peso entre niños de familias de diferente nivel económico, lo que sugiere claramente que estas diferencias se establecen basándose en la distinta alimentación que reciben.
Nutrientes como las proteínas, de máxima importancia, están destinadas a la construcción de nuevos tejidos para conseguir el crecimiento de músculos, piel y órganos. El calcio y el fósforo son fundamentales para el crecimiento del esqueleto y las vitaminas son indispensables para la absorción y asimilación de estos y otros nutrientes por el organismo.
Parece claro que el período de la vida que comprende desde la vida fetal hasta los 5 años es una etapa crítica en el crecimiento y desarrollo del individuo, habiéndose demostrado que un retraso sufrido en este período por déficit de aporte de nutrientes es de difícil superación, aun cuando posteriormente el individuo reciba una alimentación adecuada.
Por tanto, la dieta en los niños constituye una de las causas primordiales de la aparición de diferencias en cuanto al desarrollo físico y mental, independientemente de las limitaciones individuales de la herencia genética, la higiene o el deporte.
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2. En la reproducción

Los hábitos alimenticios también influyen sobre la reproducción. La desnutrición provoca trastornos del ciclo menstrual (amenorrea), lo que afecta lógicamente a la fecundidad.
También está relacionada con el número de abortos y de niños prematuros. Durante el embarazo y la lactancia, es importantísimo el cuidado de una buena alimentación para conseguir que nazcan niños sanos y fuertes y contribuir a mejorar los índices de morbi-mortalidad infantil.
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3. En la mortalidad y morbilidad

La mortalidad es el número de muertes ocurridas en un país y aumenta con la mala alimentación. Este hecho se ha demostrado en repetidas ocasiones tras analizar la mortalidad en épocas de escasez de alimentos, por ejemplo, en períodos de guerra. Por tanto, el índice de mortalidad de un país es un marcador del estado nutricional de esa población.
La morbilidad, en cambio, es la frecuencia de la aparición de enfermedades. El índice de morbilidad está muy ligado a la dieta de la población. Numerosas enfermedades están directamente provocadas por defecto o por exceso de la ingesta de alimentos.
Hay que resaltar la importancia que tiene una buena alimentación para la prevención de enfermedades. El conocimiento de una buena y correcta alimentación a través de la educación (ver comedores escolares), es una labor cuyo objetivo es tanto social como sanitario.
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4. En el rendimiento físico e intelectual

Una buena alimentación influye en la capacidad intelectual de las personas, aunque esto es más difícil de demostrar. Sin embargo, el cerebro es un órgano que sufre las consecuencias de una mala nutrición.
Aunque el coeficiente intelectual se mida también por otros factores, una dieta abundante y variada ayuda al desarrollo de la capacidad intelectual. En cuanto a las cualidades físicas del individuo, una dieta equilibrada contribuye a que la piel, el cabello, las uñas, los ojos, los dientes y la silueta tengan un aspecto saludable.
En ella se incluirán, además de agua en cantidad suficiente, una cantidad adecuada de proteínas, carbohidratos, grasas, minerales y vitaminas.
Los principios de una nutrición óptima para los niños son ofertar alimentos de los grupos principales mediante una dieta amplia y variada (pan y cereales, pescado, aves, otras carnes, huevos, frutas verduras y lácteos) al menos cada 2-3 días, limitando la energía en forma de grasas al 30% del consumo calórico diario (10% ácidos grasos saturados, 10% de poliinsaturados y 10% de monoinsaturados, aproximadamente).